miércoles, 26 de diciembre de 2007

El peligro de los imbéciles

Llevo desde el domingo levantándome por la mañana con otro ánimo. Y no sólo porque sea Navidad. Es que lo primero que hago al levantarme es coger el XLsemanal y leer el artículo de Arturo Pérez-Reverte. En cada lectura descubro un matiz nuevo, un detalle que me pasó desapercibido en una lectura anterior, un motivo de disfrute que antes no tuve. Sencillamente es genial. Su título ya promete Permitidme tutearos, imbéciles, pero su contenido va mucho más allá. Lo recomiendo encarecidamente.

Siempre he sido seguidor de Pérez-Reverte, he leído casi todo lo que ha publicado (queda constancia de ello en este mismo blog: La batalla de Trafalgar), me apasiona su estilo descarado, directo, políticamente incorrecto y siempre certero y preciso (y, por supuesto, excelentemente documentado). Me faltan por leer sus dos últimas obras, pero desde aquí te digo: Arturo, las compraré, las leeré y las comentaré en opinaRed. Sin duda eres el más, el mejor.

domingo, 16 de diciembre de 2007

¿Eres valiente...?

José María Romera; (Artículo publicado en la prensa extremeña; Diario Hoy)
"Desde lo más remoto de los tiempos, la cualidad de la valentía ha hecho correr ríos de tinta a filósofos y escritores. Todas las culturas la ensalzan, y en los mitos fundacionales de muchas de ellas aparece como paradigma la figura humana o divina del héroe valiente. Es ésta una imagen de la valentía épica, grandiosa, formidable, tan arraigada en el imaginario de personas y sociedades que ha atravesado invariable las épocas hasta seguir haciéndose presente hoy en infinidad de cómics, películas, obras literarias y videojuegos. Sin embargo, el auténtico valor no suele librar batallas contra gigantes fabulosos ni tiene mucho que ver con ese tipo del bravucón temerario tan presente en las pantallas. Si admiramos a esta clase de personajes de ficción es porque normalmente tendemos a ser todo lo contrario: apocados, cobardes, falsos. Como nos falta valentía, idealizamos a esos seres que no conocen el miedo ni se arredran ante ninguna circunstancia, por espantosa y difícil que sea. Ellos encarnan nuestros sueños de una condición sobrehumana que nunca alcanzaremos. Pero ¿la valentía es eso realmente?. Basta con acercarse a la tradición del pensamiento occidental para comprobar que no.
La mayoría de los grandes filósofos que sen han interesado por el tema -desde Platón o Séneca, hasta Nietzsche o, más modernamente, Jankélévitch- consideran que es valiente "el que más vale, el que es fuerte", etimológicamente hablando, no es el inmune al miedo, sino quien, teniéndolo, sabe vencerlo. Los actos de valentía requieren el concurso de virtudes como la fuerza de voluntad, la perseverancia, la convicción, la diligencia o el sentido del deber, entre otras. De otro modo, muchos criminales serían tan valientes como los grandes héroes, pues al cometer su crimen actuaron sin miedo a los peligros o las consecuencias. Existe una valentía que no apunta a las grandes proezas, sino a los pequeños actos de coraje del día a día. Entre los millones de personas que cada mañana se dirigen a su trabajo hay un número considerable de valientes. Unos lo son porque van a cumplir con su deber aunque ese día estén enfermos. Otros, porque han sufrido un revés emocional que los ha derribado y sin embargo han sido capaces de levantarse y seguir adelante. Otros, porque les espera un empleo incómodo y pese a ello son capaces de continuar con él para mantener a los suyos. Y, por si fuera poco, a algunos les considerarán cobardes ya que no han tenido las agallas suficientes para quedarse en casa. La valentía es una cualidad lenta y constante que se manifiesta cuando alguien es capaz de enfrentarse a los desafíos cotidianos, y no en los arrebatos instantáneos de rebeldía ruidosa, de intrepidez espectacular, de bizarría novelesca.
La fortaleza del auténtico valiente se revela no sólo en las ocasiones de peligro, sino ante el abatimiento, la pobreza, la enfermedad, la incomprensión, el desánimo y otros tantos y tantos inconvenientes que la vida nos pone en el camino. Atreverse a afrontar la realidad agarrando el toro por los cuernos, sin autoengaños ni subterfugios para esquivarla, es un acto de coraje mayor que cualquier hazaña bélica inspirada por el delirio de grandeza. Ya lo avisó Castiglione en sus recomendaciones de "El Cortesano": "Es en las pequeñas cosas y no en las grandes donde se suele conocer a los valientes". Y entre esas pequeñas cosas la principal es el propio yo. A veces hace falta valor infinito para aceptarse como se es, con nuestros límites y defectos, y a partir de ahí medir las posibilidades de acción de cada caso. Como explica el filósofo Ángel Gabilondo en su reciente libro "Alguien con quien hablar": "no se trata de bastarse, de considerarse autosuficiente, ni de estar sobrado, ni de sentirse completo (...) es cuestión de ser cabal, lo que caracterizamos como ser alguien de una pieza, no un arrogante satisfecho". A medida que nos hacemos mayores nos damos cuenta de cómo escasea esta forma de entereza moral. Porque el valiente nunca presume de sus esfuerzos, sino que los lleva a cabo sin pedir una ovación por ello.
El coraje está, pues, en sobreponerse a la adversidad, en aguantar los tirones de la existencia, en guardar ante el peligro un alma serena y un ánimo libre. Esa valentía de baja intensidad, nada aparatosa, tiene que ver con atreverse a decir lo que se piensa, con tomar decisiones basadas en principios y no en intereses, con no dejarse llevar por la opinión ajena ni la de la mayoría, con vencer la pereza mental, con dar la cara, en definitiva.
Puede pensarse que manteniendo siempre una actitud así la persona está condenada a la ruina: sólo se meterá en líos. Sin embargo, la psicología ha comprobado que quienes acostumbran a ser valientes en este sentido, -o sea, afrontando la realidad y manteniéndose firmes frente a ella, siempre que esa firmeza contenga una cierta dosis de flexibilidad- adquieren mas seguridad en sí mismos, mejoran su autoestima y reducen el estrés.
La valentía es la afirmación; la cobardía, la negación. Ser valiente consiste en actuar, el cobarde se inhibe. La valentía no sólo conduce al éxito y a la conquista de metas, sino que contribuye a la mejora personal, a la propia satisfacción y a la tranquilidad de conciencia. Vista así las cosas, ¿qué importan los riesgos cuando las ganancias pueden ser elevadas?".

En relación al tema:

"No podemos ni siquiera imaginar cómo sería el mundo visto con los ojos de un valiente" (Martin Heidegger).

"En nuestros días se merece un aplauso el que tiene agallas de hacerse impopular" (Leonardo Sciascia).

"La valentía es la primera de las cualidades humanas, pues garantiza todas las demás" (Aristóteles).

"El valiente tiene valor y el atrevido gusta de exhibirlo" (Joseph Joubert).

domingo, 9 de diciembre de 2007

Los Juegos Populares en algunos pueblos extremeños

Aunque hoy a algunos les parezca mentira, antes de que se inventaran las videoconsolas los niños también jugaban, o mejor dicho, realmente jugaban. Aunque entonces lo hacían al aire libre y acompañados por otros niños, en vez de solos y tirados en el sofá. Les bastaba la chapa de un botellín, o un aro y un palo, para pasar las tardes entretenidos, y la máxima tecnología no eran la Wii y la Play Station, sino la peonza y los zancos artesanos hechos con viejos botes de pintura. En cualquier pueblo extremeños la variedad de juegos siempre ha sido suficiente para pasar todo el año sin aburrirse. Juegos al aire libre para el verano y más recogidos para el invierno, juegos para dos o para cincuenta. La imaginación se estiraba según las necesidades del momento.
Todo esto es lo que nos cuenta en un libro que acaba de publicar Dirk Nasser, un alemán que lleva muchos años en Cáceres como profesor de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Extremadura. El libro ha sido editado por la Diputación de Cáceres con el título de "Cultura Tradicional de Movimiento en Extremadura: los juegos populares en algunos pueblos cacereños", y en él colaboran José Julio Sánchez Carbajo, Marisa Montero Curiel y Derya Çelik. Básicamente, se trata de una recopilación de los juegos que se han practicado o se practican aún en las localidades cacereñas de Alcántara, Arroyo de la Luz, Caminomorisco, Malpartida de Cáceres, Miajadas, Montánchez, Moraleja, Torremocha y Valencia de Alcántara.
El autor del libro y sus colaboradores han utilizado como fuente fundamental de su investigación las entrevists a personas mayores. El hecho de haber reunido un total de 204 juegos en sólo 10 pueblos les lleva a pensar que en cada uno de estos municipios "hubo una rica cultura de movimiento en torno a juegos tradicionales".
El libro tiene un gran valor sobre todo desde el punto de vista de la conservación, ya que, como afirma el propio autor, "a la mayoría de jóvenes extremeños ya no les fue transmitido qué es el juego, por ejemplo, de la billarda o de la bombilla". Los ejemplos son muy numerosos, y todos están en la investigación de Nasser y su equipo, que se ha centrado en los juegos tradicionales tanto de niños como de adultos. Cada uno de los juegos recopilados tiene una amplia ficha con su nombre popular, los pueblos en los que se ha recogido, la descripción, las reglas, el material necesario y el terreno que se precisa para practicarlo. Los hay tan conocidos y extendidos como el balón prisionero, los bolindres, el escondite, la pídola, la rayuela o la petanca, pero otros más específicos como doña culona, bibi o estando mi madre en misa, también aparecen en dicho libro. Muchos de ellos van acompañados además con la letra de las canciones populares que se suelen o solían cantar mientras se practicaban, como "Debajo de un botón"o "Al pasar la barca".
Dirk Nasser explica que había consultado algunas referencias bibliográficas pertenecientes a una investigación nacional comparativa realizada por Cristóbal Moreno Pablos, las cuales situaban a Extremadura en el último nivel de la cultura lúdica tradicional. Pues bien, el profesor alemán, sostiene justamente lo contrario y aduce para ello "razones culturales, climatológicas y de grandes espacios disponibles". Esta nueva investigación determina que Extremadura disponía y dispone, por lo menos en la memoria de sus mayores, de una gran variedad de juegos tradicionales, y en consecuencia una rica cultura tradicional de movimiento.
Si nos preguntamos el por qué decayó la práctica de dichos juegos populares se establecen una serie de motivos en la conclusión, uno de ellos sería que hemos pasado de una sociedad "de carencias", que obligaba a crear un material lúdico propio, a una sociedad "de abundancia". Además, antes había más posibilidades de jugar en las calles, hoy invadidad por los coches, lo cual pocas veces se tiene en cuenta a la hora de decidir sobre políticas urbanísitcas. Los hábitos en el tiempo libre de los niños han cambiado, y hoy se impnen las conductas pasivas como ver la tele o jugar a las videoconsolas, a las activas, que serían los juegos tradicionales, unos juegos que según Dirk Nasser "ya no forman parte importante de la identidad grupal ni de la formación de la personalidad del individuo".
"Intenetemos conseguir que la imaginación de un niño siga siendo su principal juego"

Más información: www.accettd.com

sábado, 1 de diciembre de 2007

La mafia de la SGAE

Esta, para nada y para nadie, ilustre institución vuelve a la carga para sacar tajada de donde sea. En plena batalla musical, ahora se descuelgan con la brillante idea de querer cobrar un canon a las bibliotecas por el daño que hacen a los autores con el préstamo de libros. Mi opinión queda completamente reflejada en la carta que reproduzco a continuación:
Escrito y firmado por José Luís Sampedro, escritor, filósofo y buena gente.
POR LA LECTURA
Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.
Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas.Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos.
Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.
Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo. Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque: a) obtiene algo a cambio.b) es objeto de una sanción. Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura? Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos?. Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura?, ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos?. No entiendo a esa Europa mercantil.
Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra. Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas.
He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!
José Luis Sampedro

martes, 27 de noviembre de 2007

El ocho, de Katherine Neville

Acudí a este libro alentado por la enorme fama de la que venía precedido, y aunque sé que esto no es garantía de gran libro, al menos durante el periodo estival parece que "perder el tiempo" con un libro enorme y que encima no sea bueno, duele menos.

Con esta premonición comencé a leer "El ocho" de la señorita Neville. Comienza situándonos en el año 1756 en un perdido convento en el corazón de los Pirineos franceses. Bueno, me dije, la historia parece prometer. Unas páginas más adelante saltamos vertiginosamente en el tiempo y nos situamos en el año 1972, en medio de la vida cotidiana de una experta en ordenadores y programación; he de reconocer que aquí sí que me mareé un poco. Esto es más de lo mismo, pero ya has empezado y esto hay que acabarlo como sea.


Y así ha sido, después de un mes cargando con el libro en la maleta allá donde fuese, lo acabé. Un consejo, si van a viajar mucho y quieren llevarse un libro, opten por uno con pocas páginas y preferiblemente en edición de bolsillo (aunque sé que esto no es un descubrimiento).
Para ser honesto, también he de confesar que ha habido pasajes bastante emocionantes. Trozos en los que no podía parar de leer y donde la acción desbordaba por todas las páginas, pero en conjunto el libro es muy del estilo de Códigos Da Vincis y similares, que desde luego no son el tipo de lectura que más me atrae. Aunque para el verano y con tiempo tampoco está mal (si encima le añadimos que compré la edición de bolsillo que no me costó ni 10€, no me arrepiento del todo).


En resumen, un libro entretenido pero nada más. Por cierto, revisen por casa, en el desván, en la bodega o enterrado debajo de una baldosa, por si tienen un ajedrez antiguo de perlas, diamantes y oro, pues si es así tal vez se encuentren en medio de LA PARTIDA.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Felicidades a Ana María Matute

La escritora Ana María Matute ha sido galardonada con el Premio Nacional de las Letras Españolas 2007. Hoy la prensa se hace eco de un reconocimiento merecido para nuestra entrañable escritora.

Recuerdo especialmente con cariño la lectura que hice hace ya muchos años del libro "Pequeño teatro", obra galardonada con el Premio Planeta.

Felicidades Ana María. Sigue deleitándonos así.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Novedades en opinaRed


¡Comienza una nueva etapa para opinaRed!

En primer lugar ha sufrido un lavado de cara. Se ha modernizado su aspecto para intentar hacerlo más atractivo. De todas formas el aspecto seguirá cambiando con algunos detalles que tengo pensado ir introduciendo poco a poco. Queremos que opinaRed sea una página viva, y como tal vaya evolucionando con el tiempo.

En segundo lugar, hemos diseñado un logo que identificará a opinaRed y lo hará inconfundible a lo largo y ancho de la Red. Aquí presento un pequeño avance que no es definitivo. Espero comentarios y opiniones antes de darlo por concluido.

En tercer y último lugar hay una novedad importante en cuanto a contenidos. A partir de ahora los comentarios de los libros irán acompañados de fotografías que nos hayan surgido a medida que leamos los libros. Para todo lector es atractiva la idea de captar con la cámara las imágenes que la lectura recrea en nuestaras cabezas. Es una forma de hacer cierta la idea de conectar literatura y realidad.

Esperamos que todos estos cambios sean del agrado de los lectores, y como siempre, vuestra opinión es necesaria.

sábado, 3 de noviembre de 2007

El viento de la Luna



Ante la pregunta que muchas veces nos hemos hecho de por qué un escritor tiene éxito y vende, y muchos otros lo intentan y no lo consiguen, la respuesta es que unos son genios de las palabras y otros no tiene ese don.


Esto es lo que le ocurre a Antonio Muñoz Molina, escritor consagrado, que a mi vuelve a sorprederme con este libro El viento de la Luna. Y me ha sorprendido por dos motivos:


- En primer lugar por su estilo narrativo. Apenas hay diálogos en el libro. Una primera ojeada nos hace ver páginas llenas de parráfos, unos detrás de otros, con algún punto y aparte y poco más. Si comparamos esto con otros libros de gran éxito, tipo Código Da Vinci y demás best-sellers, donde uno encuentra diálogos inacabables y sólo algún párrafo descriptivo, nos hace pensar en una primera aproximación a lo que puede ser un escritor genial. Aunque es cierto que estos libros "dialogados" son más fáciles de leer, no requieren ninguna concentración y si lees pensando en las musarañas, ni siquiera pieredes el hilo de la trama (vamos, como las telenovelas, que piereds un par de capítulos y no has perdido nada de la trama principal). Pero que llegue a más gente no quiere decir mejor.


- En segundo lugar me ha fascinado la historia. Por sencilla, entrañable y por querer reconocer mucho de autobiográfico en ella. Es sencillamente genial el paralelismo que establece entre la llegada del hombre a la Luna y la cotidineidad monótona del pueblo de Mágina. Por un lado la cumbre del conocimiento y la conquista del ser humano, y por otra, la preocupación ancestral por el cultivo de la tierra y la bonanza de la cosecha. En medio de este abismo, un chico de pueblo con ansias de saber y rodeado de incredulidad e incultura, rodeado de gentes aferradas a las tradiciones más absurdas y ajenas al progreso del mundo.
Una delicia de libro que recomiendo desde esta página.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Gracias a ellos


Una vez más Manuel Alcántara en un artículo publicado en el Diario de Extremadura Hoy...: "España está llena de deportistas sentados. Se puede ser hincha de un equipo o de una persona concreta permaneciendo inmóvil, ya que el acaloramiento que ponemos en su elogio o en su defensa no nos hace sudar. Ahora estamos contentos porque el deporte patrio nos ha deparado varias jornadas de gloria. Fernando Alonso corre que se las pela dejando atrás a sus propios laureles; Contador gana un etapa pirenaica, demostrando que también tenemos grandes escaladores fuera de la política; Nadal se ha adjudicado el torneo de Stutgart y Sergio García ha acabado el segundo, detrás de Harrington, en el Open Británico. ¿Cómo no presumir de estos esforzados compatriotas si se tiene en cuenta que estar orgullosos de ellos no nos cuesta el menor esfuerzo?.
Dicen que el deporte delega en el cuerpo algunas de las más apreciables virtudes del alma, como la energía, la audacia y la paciencia. Esto lo sabemos incluso los que no practicamos más deporte que el de subirnos a los taburetes de los bares. También sabemos, por Giraudoux, que el deporte se ha convertido en el esperanto donde pueden entenderse todas las razas humanas. De ahí su glorificación. Lo que ocurre es que desde hace bastante tiempo, a la gloria se ha unido el dinero. ¿Qué podrían cobrar los vencedores de las Olimpiadas, si en vez de que los cantara Píndaro, llevasen zapatillas Adidas?. Gracias a nuestros triunfantes deportistas se amenizan las conversaciones de sobremesa, gravemente afectadas por las declaraciones de los señores Zapatero o Rajoy o por la polémica absurda sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía. A España siempre la ha salvado un pelotón de deportistas. Se convierten en arquetipos para la juventud. Lo que en otros tiempos fueron Santana, Ángel Nieto, Ballesteros, Bahamontes o Indurain, entre otros. Hablar de Acebes o José Blanco hace bostezar hasta a las estatuas"... Y una vez más magistral.
"El deporte es la actividad que crea excitación en unas sociedades cada vez menos excitantes", Anónimo.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Poca "sintonía" y mucha jeta



Mucho se ha hablado y más aún se ha escrito sobre la dimisión forzada de la directora de la Biblioteca Nacional Rosa Regás. Y yo no podía ser menos, me siento en la obligación de dar mi opinión, más que nada porque Rosa ha aparecido en este blog. Y porque Rosa Regás es escritora, o mejor aún, ESCRITORA.

Yo no voy a entrar a valorar la labor de Rosa en la Biblioteca. No sé si ha hecho mucho o ha hecho poco. Algo seguro que ha hecho, y de lo que si estoy seguro es de que tiempo le ha dedicado y, como ella misma ha dicho, tiempo que ha robado a su familia y amigos. Tampoco sé si el robo de los manuscritos es culpa suya o no, seguro que ella no facilitó la labor de los cacos. En cualquier caso me parece que la forma en la que el señor Molina la ha echado no es ni decorosa, ni honrosa y sí de muy mal gusto y de una falta de respeto vergonzante.

Yo a este señor lo tenía por escritor (aunque nunca leí nada de él, ni siquiera puedo recordar nada que haya escrito), pero de lo que estoy seguro es de que es un político "al uso". Me explico, el señor Molina llega a la cima de su carrera política después de comerse muchos marrones y de tener mucha suerte y muchos contactos. Y, ¿qué hace? ¿Valora el trabajo de las personas que le rodean?¿Se deja aconsejar por los que llevan más tiempo al frente de una dirección general?. Pues no, el político de turno lo que hace es poner a sus amiguitos y rodearse de sus allegados para iniciar una labor política en"sintonía". JA, menuda "sintonía".

Y lo peor es que cuando a este le quiten de enmedio, lo que ocurrirá tarde o temprano, vendrá otro con la misma cantinela y a modificar todo lo que había y a todos los que estaban trabajando y que no eran de su "sintonía". Y así en este país no acaba de funcionar nada público, por que hay poca "sintonía" y mucha jeta.

Y lo mismo acaba de ocurrir con la dirección del museo Reina Sofía. Que mala suerte, falta de "sintonía".

Pues mire señor Molina, nada suyo he leído, creo que nada leeré, pero desde luego para mi usted no es escritor, sólo es un simple político con muy poca "sintonía". Y si no lo digo reviento.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Umbral: el más, el mejor


Hoy no toca hacer ningún comentario personal.Es momento de recuerdo y agradecimiento. Escribo literalmente un artículo de Manuel Alcántara para el Diario de Extremadura "Hoy", publicado el 29 de agosto del 2007. Una vez leído, que cada cual saque sus propias conclusiones...
"Ahora que ya no está lo dirán muchos, pero había que decirlo y escribirlo antes, como hicimos Luis María Ansón y yo. Hay a quienes les duele admirar, en la misma medida que a otros nos conforta y nos ensancha el corazón. Umbral era atrabiliario, excesivo, injusto, contradictorio y caprichoso, pero además era Umbral. Se inventó su nombre y hasta parte de su biografía, pero su bibliografía es sólo suya. Naturalmente que sobran cosas, como también sobran en su adorado Gómez de la Serna y Pablo Neruda, pero no falta nada. Segregaba literatura. Sólo creía en la sintaxis, entendida como una de las potencias del alma y en él escribir era como respirar.
-Hay que publicar un libro y 700 artículos cada año- me decía impostando su voz arterial, que se confundía con su propio eco.
-Estás loco, Paco.
Otras veces me contaba que él era como un quinqui vestido por Pierre Cardin. Yo le decía que no, que era como un Pierre Cardin vestido por un quinqui. Cuando le conocí, allá por el Antiguo Testamento, en Valladolid, bajo la sombra tutelar de Miguel Delibes, era un muchacho muy normalito. Aún no había compuesto su personaje, ni exhibía una penosa melena, ni había adquirido una bufanda roja que iba para pasarela de desfile de modelos, pero ya escribía prodigiosamente, inconfundiblemente, y estaba acompañado por una mujer, María España, de imposible sustitución. La verdad es que siempre fue Paco Umbral, acarreando su irreparable infancia y escribiendo hasta por los codos. Luego vino lo de su hijo, aquel niño "se anticipó al alba", y los optalidones mezcaldos con whisky (por separado, Paco, le decía yo, y nunca en el desayuno). En la Real Academia creyeron algunos, educadamente, que el talento es contagioso. Ahora ya no está."
"Vivir, a cierta edad, es una lata. Y un luto". Manuel Alcántara.
Sirva como pequeño homenaje a Paco Umbral y descanse en paz.

lunes, 6 de agosto de 2007

Cumbres Borrascosas


A pesar de que su título, e incluso su argumento contado de forma apresurada y sin rigor, puedan inducir a pensar en una historia "de culebrón, nada más lejos de la realidad.

Hay que sumergirse en su lectura para percibir los sentimientos humanos (tanto positivos como de una maldad feroz, incluyendo la resignación) que hay detrás de cada historia, podríamos decir que se trata de una historia múltiple interrrelacionada, y que hacen realmente excepcional el libro, así como ponen de manifiesto la enorme capacidad de percepción de su autora, Emily Brontë, conocedora del más mínimo detalle del espíritu humano.

Además está fuertemente identificado con la realidad que vivía, personas, paisaje e incluso muchas de las situaciones, lo cual hace al libro más real y más cercano si cabe. Todo ello aderezado con una prosa clara y brillante, que pone en boca de una persona humilde y experimentada como es la señorita Nelly, ama de llaves y sirvienta de las distintas familias que confluyen en la historia, y que es quien nos narra las distintas desventuras.

A través de sus páginas se sufre, se odia, se quiere, se comprende,... y se acaba con la intención de volver a releerlo.

sábado, 16 de junio de 2007

Pilates, todos los ejercicios de suelo para practicar en casa


Mi primer comentario y mi primera gran responsabilidad. Antes de nada dar las gracias a mi hermano por esta oportunidad, que no sólo me llena de ilusión, sino que también me "obliga" en cierta medida a leer un poco más.

Comienzo comentando un libro sobre Pilates, que debemos saber que es una de las actividades físicas con más éxito en la actualidad, ya que además de ser un entrenamiento efectivo para todo el cuerpo, se centra en la estabilidad, la fuerza, la resistencia y la flexibilidad del abdomen y la espalda. Por cuestiones de trabajo tengo que buscar "como loco" entre toda la bibliografía existente respecto a esta actividad física y después de recorrer bibliotecas, librerías, etc., destaco este Pilates, todos los ejercicios de suelo para practicar en casa, editado en 2006 y cuyo título original es: Politikens om Pilates, de las autoras Birgitte Nymann y Lotte Paarup.

Es un libro idóneo para iniciarse en ello, destacando contenidos importantes y fácilmente comprensibles como algo de anatomía, los principios básicos de Pilates, el calentamiento muscular y la importancia del mismo, y la descripción de los ejercicios de una forma clara y bien detallada (con fotografías que ayudarán a entenderlo mucho mejor) e incluso, y ello ha sido una de las cosas que más he valorado respecto a otros libros, unos programas de entrenamiento basados en niveles y teniendo en cuenta los diferentes problemas de espalda que una persona puede sufrir, como: hiperlordosis, espalda plana, espalda arqueada, etc.

Leyendo a las autoras de este libro podemos llegar a la conclusión que Pilates es una disciplina adecuada para cualquier edad y forma física, y por tanto es tan interesante para deportistas de alto nivel, como para personas sedentarias. Es un ejercicio suave y exigente al mismo tiempo, y especialmente adecuado para: ejercitar todo el cuerpo en general, mejorar la postura corporal, mejorar la fuerza, resistencia y flexibilidad de los músculos de la columna vertebral y rehabilitar después de lesiones crónicas o agudas. Así pues Pilates se convierte en un ejercicio sin repeticiones infinitas y muy variado, que se centra en la calidad de los movimientos, lo cual, combinado con la respiración, armoniza cuerpo y mente.

También considero oportuno destacar que Pilates son ejercicios muy técnicos y, comparando su técnica con la mayoría de las disciplinas de entrenamiento muscular, es difícil de aprender. Para llegar a dominar los ejercicios, hace falta concentración, dedicación, y prestar atención. No se puede aprender a hacer Pilates en un momento, se necesita paciencia y práctica.

En general un libro que nos ayuda a iniciarnos en esto "del Pilates" de una forma clara y sencilla, por ello entre todo lo que encontré sobre este tema es el libro que destaco. Tan sólo se puede criticar la traducción que se hace, en ocasiones, del original, utilizando palabras que no cuadran demasiado en el contexto.

"Después de la primera vez, se nota una diferencia, después de diez veces, se ve la diferencia, y después de treinta veces, se tiene un cuerpo nuevo". Joseph H. Pilates, creador del sistema Pilates, se adelantó más de un siglo a su tiempo.

domingo, 20 de mayo de 2007

Abuso de poder..., digo de papel

En esta ocasión no voy a hablar de ningún libro. Pero si de papel y de su reciclaje, algo con lo que los libros están íntimamente relacionados, y espero que por mucho tiempo, pues después de probrar los libros electrónicos, no creo que aún puedan competir con los de papel de toda la vida. A mi personalmente no me gusta la pantallita retroiluminada ni para leer el periódico.

El caso es que estamos en precampaña electoral, y al menos yo, ya estoy un poco harto de políticos, de promesas, de acusaciones entre unos y otros y de abusos. Y es precisamente un abuso lo que quiero denunciar desde aqui:


Todos nosotros estamos recibiendo estos días infinidad de propaganda electoral de cada partido, y en ocasiones del mismo partido varias veces. Yo en mi trabajo reciclo todo el papel que puedo, en casa todos reciclamos el papel, el cartón, el vidrio,... alentados, además, por las autoridades, que, por cierto, no siempre nos lo ponen fácil. A veces el contenedor de papel y cartón está bien lejos de nuestras casas. Y resulta que ahora, con la precampaña, venga a derrochar papel inútilmente. Carteles que inundan nuestros muros (estéticamente bastante penosos, todo hay que decirlo), folletos donde explican todo lo que han hecho o piensan hacer en el futuro, banderitas de colores para repartir en sus mítines, papeletas para que podamos ir preparados desde casa el día 27.


Pues bien, yo votaré a un partido, o votaré en blanco, o no votaré , pero la papeleta la tendré a mi disposición en el colegio electoral. Entonces, ¿es necesario derrochar tanto papel sin medida?¿Es necesario que cada uno de nosotros tengamos en casa la papeleta, el sobre y esto por duplicado, de los 8, 10 ó 12 partidos que se presentan en nuestra comunidad?¿Es qué para los políticos y la dichosa captación de voto, todo vale?


PUES NO. Y yo quiero saber a donde dirigirme para que a mi no me envíen propaganda electoral. Ellos no me interesan, y no malgastar papel inútilmente si que me interesa. Su programa electoral lo conozco al dedillo a poco que mire los telediarios o lea el periódico. No necesito que el presidente de mi comunidad me escriba una carta para decirme lo bien que lo ha hecho en los últimos años. Ni que el presidente de la oposición me escriba otra para decirme lo bien que él lo haría y lo mal que lo ha hecho el otro. y venga miles de folios de por medio.


Ya vale. Prometo acercarme mañana a mi ayuntamiento y tomar medidas. Aunque posiblemente salga de allí con otro fajo de propaganda, ya sabéis, por si soy uno de esos indecisos...




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lunes, 23 de abril de 2007

Historia del rey transparente





Rosa Montero vuelve con una novela distinta a las que nos tenía acostumbrados. Para mi gusto, Rosa era demasiado sentimental, demasiado metida en el papel de mujer a la que le pasan cosas que son más entendibles por otra mujer que por un hombre (y con este comentario no quiero pecar de machista, así que espero se me perdone el desliz).


Pero en este caso nos adentra con maestría y conocimientos en la Edad Media. Crea unos personajes y un ambiente medieval perfectamente creíble. Además por la estructura de la historia recorre todos los estamentos sociales de esa sociedad dura y difícil, donde vivir un día más si que debía ser un premio y un logro considerable. La protagonista es una mujer, pero que se hace pasar por un hombre con el único fin de sobrevivir en un principio, y medrar más adelante.

Rosa juega con esa doble vertiente, mujer que se hace pasar por caballero, que lucha, guerrea, combate a caballo con la lanza y a pie con la espada, que se convierte en soldado de fortuna y, por supuesto, con el contrapunto de la amiga bruja que la acompaña inseparablemente y que permanece rodeada de un halo de misterio y sabiduría que ni siquiera se desvela al final.


Rosa consigue emocionarnos por momentos, enternecernos en muchos, enrabietarnos en tantos otros y no dejarnos indiferentes, prácticamente, en ni una sola de las palabras del libro. La suya es una prosa profunda, descriptiva tanto de paisajes como de sentimientos, cautivadora y estimulante.


La historia se hace amena y divertida, y, por buscarle algún pero, tal vez el final se estira demasiado artificialmente. Pierde intensidad y dinamismo en las últimas páginas, pero no por ello deja de ser un libro que desde aquí recomiendo.



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sábado, 14 de abril de 2007

El enigma de Fermat



En este libro, editado en 1997 y cuyo título original es Fermat's Last Theorem, Simon Singh narra la apasionante aventura que a través de más de 350 años llevó a la demostración, por parte del matemático británico Andrew Wiles, del último teorema de Fermat.

Un teorema aparentemente tan inocente como éste, que simplemente afirma que la ecuación x^n+y^n=z^n no tiene solución si n es mayor que 2, tuvo en jaque a las mentes más brillantes de los últimos 4 siglos. El teorema fue establecido por Fermat. En el margen del libro Aritmetica de Diofanto de Alejandría, que por entonces estudiaba, escribió: "Este margen es demasiado pequeño para la maravillosa demostración que he encontrado", y con ello dejó establecido uno de los más apasionantes retos matemáticos de toda la historia.

A partir de aquí se narra como los esfuerzos de muchos matemáticos, con sus historias personales y profesionales, van dando pasos para la demostración del teorema, pero éste sigue resistiéndose, hasta que la ilusión infantil de un chico inglés que encuentra el teorema en la biblioteca de su pueblo, le lleva a consagrar su vida a la demostración del teorema.

En el libro queda magníficamente patente que en matemáticas los grandes logros son el resultado de muchas mentes y muchos resultados, y la forma de trabajar de Andrew Wiles no es para nada habitual.

Especialmente interesante e intensa me ha parecido el capítulo dedicado a la historia de los matemáticos japoneses Taniyama y Shimura, y cuya contribución es esencial a la demostración del teorema.

En resumen, libro que me ha encantado de verdad, pero que no me atrevería a recomendar a todo el mundo, aunque sí, desde luego, a todo aquél que esté o haya estado interesado por las Matemáticas o su Historia.





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sábado, 17 de marzo de 2007

Un año de Opinared y Cinco Semanas en Globo



Un año de opinared y seguimos en la brecha. Así pues, para celebrar este primer año de vida, de ilusión y sobre todo de lecturas, este comentario quiero dedicarlo al primer libro que leí en mi vida, germen de los cientos de libros que vinieron después y que espero sigan viniendo. Siempre, desde que tengo uso de razón, había sido un devorador impenitente de cómics de todo tipo, Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, los de suprehéroes de Marvel (los 4 fantásticos, Spiderman, Daredevil, Ironman, Capitán América, La Masa, ), que por otro lado menguaban mi exigua economía más de lo debido, pero estaban tan bien hechos, e incluso un cómic de publicación semanal que no he vuelto a ver y que me precio de tener hasta el número 25 (justo para completar un esqueleto de dinosaurio de cartón que entregaban semana a semana) y se llamaba Fuera Borda. El caso es que llegué a primero de BUP y mis lecturas se reducían a todo lo anteriormente mencionado, a pesar de que mi maestra del colegio siempre insistía en que debía leer libros de verdad.

Y fue al comienzo de mis andanzas adolescentes por el instituto que cayó en mis manos un libro que andaba por mi casa hacía tiempo (gracias desde aquí a mis padres que siempre leyeron y tuvieron libros en casa) "Cinco semanas en globo", de Julio Verne. No recuerdo si fue el dibujo de la portada (era, o es, una edición muy cuidada) o el autor lo que llamó mi atención, pero resulta que comencé a leerlo. Y, aunque suene a tópico, ya no pude parar de leer. ¿Cómo era posible que me hubiera estando perdiendo libros como aquellos durante todos esos años?

Desde entonces he intentado no perder más el tiempo y leer todo lo que cae en mis manos (con la edad me voy haciendo más selectivo, eso si es cierto). Y es todo este bagaje el que me hizo decidirme a publicar este blog, más para mi y para mis 4 lectores que para el resto del mundo, pero bueno, mis opiniones sobre libros aquí están y estarán, espero, por mucho tiempo.

En cuanto a "Cuatro semanas en globo", decir que se trata de un libro de aventuras extraordinario. Un libro que hay que leer con la mente aún virgen para perderse por los maravillosos países que nos describe y adentrarse en la jungla con los miles de peligros que nos puedan acechar. Nada voy a descubrir ahora del genial Julio Verne, pero si recomendar encarecidamente leer esta novela, apta para públicos desde los 5 hasta los 110 años. Una gozada.


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lunes, 5 de marzo de 2007

1001 libros que hay que leer antes de morir

No suelo (de hecho esta es la primera vez que lo hago en este blog) comentar ningún libro que no haya leído antes, pero en esta ocasión me veo obligado a hacer una excepción. Y es que este libro "1001 libros que hay que leer antes de morir", lo quiero comentar, pero por supuesto, no lo voy a leer. Y no me sirve de excusa el hecho que tan magníficamente pone de manifiesto un anuncio publicitario sobre lo que nos gustan a las personas las listas, aunque sospecho que son los coches que están más arriba de la lista de presuntuosidad lo que nos vuelve locos.

No mentiré, a mi también me gustan las listas, pero en lo tocante a libros soy yo el que hago mi propia lista, basándome en otras listas, en opiniones, en consejos, en mi propia experiencia. Pero eso de que varios señores decidan por mi lo que tengo que leer o no leer sin conocerme de nada, no me inspira la más mínima confianza. No quiero con esto dudar de la capacidad y el conocimiento que Peter Boxall, para la edición internacional y José Carlos Mainer, para la selección hispanoamericana, puedan atesorar, pero esto me suena a profesora de Literatura obligándonos a leer una serie de libros que en ese momento no nos apetecen.

Yo entiendo la literatura como placentero, voluntario, nadie debe decirnos que leer, como nadie nos dice cuando debemos ir al cine y que película debemos ver. Nos podemos equivocar, pero seremos nosotros solos, y si acertamos el placer de haber elegido algo sublime se acentúa mucho más.

Háganme caso, pregunten sobre libros, lean críticas autorizadas y desautorizadas, hablen de literatura con sus amigos, también con sus enemigos y después de estar convenientemente informados, decidan si quieren leer un libro o no, pero que nadie ajeno se lo imponga.


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lunes, 5 de febrero de 2007

Neguijón



Comencé este libro con la esperanza de quitarme el mal sabor de boca que me había dejado el anterior libro del autor "Ajuar funerario". Nada más lejos de la intención de Fernando Iwasaki. En este "Neguijón" uno puede encontrar muchas cosas, la mayoría desagradables, pero desde luego, nunca encontrará buen sabor de boca. El neguijón encarna y resume la podredumbre de los dientes y muelas. Es el gusano que vive oculto detrás de caries, flemones, puses y demás asquerosidades que debían apreciarse en la boca de nuestros antepasados medievales.

Piensen por un momento, nada de cepillos dentales, nada de pasta dentrífica, ni mucho menos revisiones periódicas o limpiezas bucales. A eso añadan una dieta formada a saber de que porquerías, grasas y poca verdura, y tendrán un hogar perfecto para el escurridizo neguijón. Pues bien, la obra que ahora comento se adentra en la búsqueda incansable del dichoso gusanito, pero sin privarnos en nigún momento de los detalles más escabroso de tan siniestra búsqueda. Y no sólo hay pasajes apoteósicos sobre como descarnar una boca a lo vivo, también se practica alguna amputación y alguna otra tropelía de barbero. Todo esto aderezado con un lenguaje de la época sublime, que convierte a Fernando Iwasaki en un auténtico erudito del barroco y un veradero malabarista de las palabras.

Quiero, eso si, destacar la ilusión que me ha hecho el encontrarme en sus páginas con paisajes y personajes muy familiares y conocidos para mi. Se habla de Benito Arias Montano, ilustre pensador natural de Fregenal de la Sierra, localidad que también aparece mencionada en el libro, así como Aracena y su maravillosa Gruta de la Maravillas (hogar de Polidoro). Se nota que el autor, residente en Sevilla, ha aprovechado para hacer una escapada por la sierra de Aracena y el sur de Extremadura e imagino que disfrutar de su inigualable Jamón Ibérico. Pues eso, ¡a su salud y a la de sus dientes!.


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viernes, 19 de enero de 2007

Ajuar funerario





Con este libro Fernando Iwasaki presenta una colección de minicuentos de terror, como homenaje a un estilo literario cada vez más en boga. No hay más que ver el enorme éxito del concurso de microrrelatos organizado por la revista Que Leer y patrocinado por E-Twinnings.



A modo de ejemplo y sin permiso del autor, reproduzco el primer minicuento del libro, que ya resulta basatante impactante:



DÍAS DE DIFUNTOS



Cuando llegué al tanatorio, encontré a mi madre

enlutada en las escaleras.

- Pero mamá, tú estás muerta.

- Tú también, mi niño.

Y nos abrazamos desconsolados.



Lo que ocurre con este tipo de libros es que puede resultar monótono si se lee de un tirón, por lo que es aconsejable leerlo de vez en cuando. Eso si, hay algunos microrrelatos apoteósicos, pero otros muchos me han parecido mediocres e incluso malos. En general el libro no me ha dejado buen sabor de boca. Y puede ser que el problema lo tenga yo, y que no sepa leer y saborear correctamente un libro de microrrelatos.



Destacaría especialmente los microrrelatos titulados "Los yernos", "Papillas" y los tres referidos a la autoestopista. Y sobre todo, recomiendo leerlos con el ambiente adecuado; nada de a plena luz del día y acompañado, sino en la soledad de un lecho vacío y a medianoche. Y si no tiene insomnio, la lectura de algunos relatos se la producirá.



En resumen, un libro curioso, del que se disfruta intermitentemente, y como dice la contarportada, nada recomendable si se tienen hijos, insomnios o hipotecas (aunque esta última restricción puede ser la causa de que el libro no haya sido un best-sellers).







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