martes, 27 de noviembre de 2007

El ocho, de Katherine Neville

Acudí a este libro alentado por la enorme fama de la que venía precedido, y aunque sé que esto no es garantía de gran libro, al menos durante el periodo estival parece que "perder el tiempo" con un libro enorme y que encima no sea bueno, duele menos.

Con esta premonición comencé a leer "El ocho" de la señorita Neville. Comienza situándonos en el año 1756 en un perdido convento en el corazón de los Pirineos franceses. Bueno, me dije, la historia parece prometer. Unas páginas más adelante saltamos vertiginosamente en el tiempo y nos situamos en el año 1972, en medio de la vida cotidiana de una experta en ordenadores y programación; he de reconocer que aquí sí que me mareé un poco. Esto es más de lo mismo, pero ya has empezado y esto hay que acabarlo como sea.


Y así ha sido, después de un mes cargando con el libro en la maleta allá donde fuese, lo acabé. Un consejo, si van a viajar mucho y quieren llevarse un libro, opten por uno con pocas páginas y preferiblemente en edición de bolsillo (aunque sé que esto no es un descubrimiento).
Para ser honesto, también he de confesar que ha habido pasajes bastante emocionantes. Trozos en los que no podía parar de leer y donde la acción desbordaba por todas las páginas, pero en conjunto el libro es muy del estilo de Códigos Da Vincis y similares, que desde luego no son el tipo de lectura que más me atrae. Aunque para el verano y con tiempo tampoco está mal (si encima le añadimos que compré la edición de bolsillo que no me costó ni 10€, no me arrepiento del todo).


En resumen, un libro entretenido pero nada más. Por cierto, revisen por casa, en el desván, en la bodega o enterrado debajo de una baldosa, por si tienen un ajedrez antiguo de perlas, diamantes y oro, pues si es así tal vez se encuentren en medio de LA PARTIDA.

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