domingo, 10 de mayo de 2009

Buenas noticias

Si después de leer Estambul, ciudad y recuerdos, me recorrió un deseo enorme de visitar Estambul, con esa magnífica descripción, no sólo de sus calles y sitios más emblemáticos, sino también de sus gentes, costumbres, tradiciones e historia, creo que el anuncio de la publicación por Mondadori para octubre de la nueva novela de Orhan Pamuk, El museo de la inocencia, no hará sino acrecentar ese deseo de visitar la mítica ciudad turca. Y ahora ya no hay excusa. Hay que ir. Por tanto es la mejor noticia que se podía esperar de este arquitecto frustrado y afortunadamente reconvertido en narrador de historias sobre su fascinante país.

Eso si, después de la experiencia de Ana Belén en La pasión turca, creo que el viaje lo haré sólo y no me acompañará mi mujer.



Pero aún hay más buenas noticias. Ese espíritu de arquitecto frustrado del autor, constante en muchos pasajes de su obra, nos depara un motivo todavía más inexcusable para visitar Estambul. Y este motivo es el museo de la inocencia real. El museo se abrirá en dos años, según prevé el novelista turco, y estará situado en una zona de viejas mansiones y anticuarios en la parte europea de Estambul y uno de los lugares donde transcurre la novela y también la última película del director germano-turco Fatih Akin, Al otro lado (2007).

"Será un museo para los jóvenes que no pueden besarse", afirmó Pamuk en referencia a la prohibición en los museos turcos de besarse o comer chicle, dos actos que, según el autor, estarán permitidos en su futuro museo.

En el museo se recogerán pequeños objetos y fetiches que el autor ha ido recogiendo por todo el mundo y que le han permitido inspirarse sobre la personalidad de los dueños de esos objetos. Con estos personajes ha configurado su nueva novela. Ahora sólo nos queda esperar, por la obra y por el museo.